Contra-tiempo pte.9 / Dudas

- ¿Qué es esto, primo? ¿qué significa todo esto?... ese reloj, esa hora, el caso, la policía, los políticos, el profesional que hizo esto.... no entiendo, simplemente no entiendo.... más pienso en este caso y más dudas tengo... ¿QUÉ DEMONIOS ESTÁ PASANDO?.-

- Agus, te noto nervioso y los dos sabemos que ese es un lujo que en nuestro trabajo no nos podemos dar. Tranquilo, analicemos las cosas, esto es lo que sabemos hasta ahora: La policía no tiene nada y sospecha que esto es obra de profesionales. Sabemos que están en lo cierto y que nos contrataron por esa misma razón. Sabemos que se trata de la primer víctima y que es probable que las próximas confirmen nuestras sospechas. Sabemos que el verdugo de la primer víctima no coincide con el de las 2 últimas. Sabemos que quien haya ejecutado este trabajo lo hizo en el más meticuloso secreto, puesto a que Arcángel no me informó de nada y nuestros colegas desconocen las razones de nuestra presencia aquí. También sabemos que si se trata de un par de profesionales, y estoy seguro de que así es, entonces su captura no es opción. Además, por lo que se desprende de los expedientes, cuesta distinguir si el victimario de la quinta víctima es zurdo o diestro, lo que demuestra que ese caso particular es distinto a los demás y que si descubrimos en qué difiere del resto, entonces habremos atado un cabo clave que quizás nos ayude a atar los demás. En definitiva, primo, por lo que sabemos, esto no va a ser sencillo y dudo mucho que sea limpio.- Nicolás se veía más serio que de costumbre, casi preocupado, y a la vez se notaba claramente su intento para transmitirme calma.

Tomé aire, inflé mis pulmones y fingí relajarme más de lo que en realidad logré.

- Estamos en esto juntos, Nic, y juntos vamos a salir, no me cabe ninguna duda.- Dije esto sin convicción, aún tengo mis dudas y no se me ocurrió nada mejor que decir, hice mi mejor intento por mostrar calma.

No es frecuente enfrentarte a un posible enemigo, menos aún cuando se trata de un desconocido, de alguien de quien no sabemos nada, de hecho, hasta ahora simplemente teníamos objetivos o blancos de los que conocíamos ciertos detalles que nos eran subministrados al momento de contratarnos, nunca tuvimos un enemigo o un blanco anónimo, nuestros trabajos, hasta hoy, sólo consistían en negociar los términos, buscar al o a los sujetos, cumplir y cobrar por ello, como mucho lidiábamos con la tarea de evitar a la policía local y sus torpes intentos por darnos captura. Pero esta situación era definitivamente distinta.

La habitación del hotel parecía más grande y Nicolás me miraba como si sintiera pena, como si lamentara haberme involucrado en esto, como si quisiera volver el tiempo 7 años atrás, darme una palmada y dejarme ahogado en mis miserias. Sin venganza, sin trabajos peligrosos, sin venderle mi alma al diablo, sin revelarme un talento que hasta ese entonces no sabía que tenía.

- Basta de revelar dudas, Agus, la duda es sólo una carga que tendremos que soltar si queremos avanzar. Primo, toma tus cosas y prepárate, hoy mismo nos movemos.-

- ¿Qué? Pero... no entiendo, ¿por qué?.- Nicolás no dejaba de moverse por toda la habitación juntando cosas y arrojando las mías sobre mi cama.

- Porque no sabemos cuánto saben nuestros "colegas", Arcángel mencionó que hay muchos que están inquietos con nuestra llegada a esta ciudad y que ya comienzan a escucharse rumores. Eso es lo que yo quería que sucediera, lo que en su momento podía mostrarme si se trataba de un encargo, pero esto es un giro distinto y el rumor que desaté al llegar se volvió en nuestra contra. No estamos ante dos mercenarios comunes, se trata de profesionales que hicieron esto por cuenta propia, ellos rompieron la primera regla como lo hicimos nosotros hace 7 años, no entendieron la regla que reza "no existen objetivos personales". En todo caso, quizás sospechen que estamos tras ellos y puede que estén buscándonos ahora mismo, si no nos movemos somos blanco fácil.- Dicho esto, me lanzó mi campera de cuero instándome a moverme.

No sé cómo llegó mi primo a esa conclusión, pero si estaba en lo cierto, entonces no sólo teníamos un futuro enemigo o dos, sino que teníamos un par de posibles cazadores, que posiblemente nos estén buscando porque nos quieren muertos. Por regla, ningún mercenario es atrapado vivo, es una suerte de código que respetamos en este trabajo. En conclusión, nuestras cabezas no tienen precio, no somos objetivos de nadie, y si la situación se presentaba, lejos de ser blancos, seríamos presas.

El miedo, los nervios, el reloj que retumbaba en mi cerebro como un pesado martillo, el constante tic-tac me estaba matando, la habitación se hacía cada vez más grande, Nicolás y yo que la recorríamos de un extremo a otro, el escarbadientes entre los dedos de mi primo girando, de nuevo mi reloj, las 15.57 horas, mis dudas.... sí, mis dudas también eran parte del paisaje. Si mi primo está en lo cierto y las dudas son una carga, entonces yo arrastraba una montaña detrás de mi espalda. La duda es algo normal en todos, desde pequeños la llevamos en nuestros bolsillos y le llamamos curiosidad o aprendizaje, de grandes le decimos miedo o inexperiencia. La duda convive con nosotros a diario, está en nuestros mejores y nuestros peores momentos. Está en los celos para con nuestra pareja, está en cada examen que tomamos, en cada universitario para con su carrera, en ambos novios el día de su boda, en los padres respecto de su idoneidad para tan ardua tarea, y hasta en los hijos para con la aprobación y el orgullo que tanto buscan en sus padres. La duda se nos presenta cuando no sabemos cómo actuar o en qué creer, cuando no distinguimos si estamos en lo correcto, cuando nos faltan certezas. Pero sucede que las certezas siempre son escasas, son muy pocas las cosas que tenemos por seguro. En mi caso sólo puedo estar seguro de que pienso, de que, en consecuencia, existo (como decía Descartes), y de que tarde o temprano he de morir. Se cree que en el mundo hay, en promedio, unos 25 disparos por segundo, tal vez más, siendo que hay 6.894.594.844 de personas en el mundo, no es difícil pensar que en 8, 9 o 10 años, acabaremos por matarnos entre nosotros. Por lo pronto, yo sólo sé que voy a morir, que creo que todos tenemos una bala con nuestro nombre (sólo que aún no se ha disparado o no nos ha alcanzado) y que cada vez que se dispara un arma nos acercamos más a la posibilidad de encontrarnos con esa bala. La muerte es una certeza, quizás la que menos nos gusta, pero es una certeza al fin, una verdad que esconde algunas dudas tras ella, pues si bien sé que voy a morir, aún no desconozco la forma, el lugar, el momento...... la hora.

1 comentario:

  1. =( Comenté esto apenas salió! Andaba todo mal ese día, así que voy a irme a recordar todo lo que había puesto, y vuelvo a contarte :D

    ResponderEliminar