- No lo sé.
Supongo que nos estaba esperando en el departamento del arquitecto. Desde la
ventana pude divisar una sombra, una silueta, alguien que nos observaba desde
el interior de ese audi. Y esa es la razón por la que apuré nuestra salida.-
- ¿Le
disparo? Puedo hacer lo usual: radiador rueda y parabrisas.-
- No,
pretendo no llamar demasiado la atención. Dejemos que nos siga, estoy tomando
un camino opuesto al que nos llevaría a mi casa para no darle pistas acerca de
nuestra ubicación y ahora haremos una parada. Espero que tengas hambre.- Me
dijo con una sonrisa casi burlona.
Se detuvo
en un autoservicio que estaba unos 5 kilómetros más adelante, me hizo un gesto
para que entráramos al comedor del mismo y, mientras yo me acomodaba algo
anonadado en una mesa que nos permitiera ver algunas de las dársenas de
estacionamiento, él se acercó a la caja. Como es su costumbre, le dedicó un par
de sonrisas a la cajera, algún piropo, seguramente le encargó algo para tomar,
compró palillos, un mapa, pidió un cigarrillo, pagó y se dirigió a nuestra
mesa.
- Nos pedí
un par de capuchinos, primo, en un rato los acerca esa linda pelirroja, y la verdad que no tengo mucho apetito así que
no pedí nada para comer, pero si quieres, le puedes pedir algo más. Por cierto,
mejor cambiemos de mesa – Dicho esto comenzó a pasar su mirada, como si fuera
un escáner, por todo el lugar.- Mmmm....
Esa que está en el rincón se ve mucho más cómoda.-
Cambiamos
de mesa, yo me senté, él me guiñó un ojo y se alejó. Lo vi dirigirse a una mesa
vecina, ocupada por niños de unos 10 años que comían en una mesa contigua a la
de sus padres, les dijo algo, les dejó algunos palillos y luego fue a hablar
con los padres de los niños. Hablaron por unos pocos minutos, se hacían señas,
señalaban puntos en el mapa y mi primo les dio las gracias y salió un momento
al estacionamiento del lugar. Lo vi encender el cigarrillo. “Es normal, o lo
sería si Nicolás fuera fumador.”, pensé. Una vez terminado el cigarrillo,
volvió a entrar. Su café había llegado hacía poco más de 11 minutos, se había
enfriado un poco, pero sé que mi primo lo prefiere así.
Se sentó
frente a mí y a mi mirada expectante. Bebió su café con la paciencia que lo
caracteriza, mientras yo aún esperaba una explicación. Me sonreía con una
expresión de satisfacción, con brillo en los ojos, casi divertido. Conservando
el silencio dejó su taza sobre la mesa, sacó un palillo del bolsillo de su
camisa, le dio un par de vueltas entre sus dedos, lo partió y dijo:
- ¿Ya
terminaste, primo? ¿Nos vamos?.- Ni bien terminó la frase, se levantó sonriente
y se encaminó hacia la puerta. Obviamente lo seguí.
Subimos al
auto y él condujo como si nada sucediera. A la velocidad que conduce siempre,
no como si escapara ni nada por el estilo. Yo no dejaba de girar mi cabeza
buscando a nuestras espaldas al audi gris.
- Primo, no
lo busques. Esto fue lo que sucedió: Te pedí cambiar de mesa para que nuestro
amigo no nos pudiera ver desde el auto, por lo que si quería hacer su trabajo,
debía bajarse y buscar alguna forma de tenernos vigilados. Los palillos que compré
cuando entramos eran para regalárselos a los chicos y el mapa era para pedirles
indicaciones a los padres. Innecesarias, lo sé, pero la idea era no levantar
sospechas. En la casa del arquitecto noté que se trataba de un solo sujeto, por
lo que decidí salir a fumar para obligarlo a concentrarse en uno de nosotros,
no podía vigilarnos a los dos. No sé si se fijó en mí o en vos, pero me pareció
una interesante distracción para que los chicos utilizaran los palillos que les
di y así desinflar los neumáticos del audi. En conclusión, cuando salimos, él
no pudo seguirnos, supongo que a lo mucho habrá avanzado algunos metros.-
-
Interesante forma de sacarnos un peso de encima. Por cierto, ¿sería posible que
me dijeras a dónde vamos ahora?.- Mi tono denotó lo ofuscado que me sentía por
todo lo que él había hecho sin consultarme. Supongo que no costaba nada
avisarme a qué estaba jugando, hasta podría haber sido útil contar con mi
ayuda.
- Vamos de
vuelta a la ciudad, primo, el tercer escenario es necesario hacerlo ahora.
Sospecho que los siguientes tendremos que hacerlos de noche, trabajar a la luz
del día cuando nos están siguiendo, no parece saludable, máxime si aún no
conocemos a nuestro persecutor.- Borró su media sonrisa y ahora hablaba con un
poco más de seriedad. Lo que me respondió tenía poco sentido, trabajar de noche
cuando lo que debemos hacer ahora es observar cada detalle con atención, no
parece una buena idea.
- Nic, los
dos sabemos que nuestro trabajo tiene dos momentos insoslayables y depende en
un 60% de la observación, como primer momento, y que el 40% restante, ese
segundo momento, no es ni más ni menos que simple ejecución. La penumbra, la
noche, la oscuridad, nos es útil y casi necesaria para ese 40%, pero es
contraproducente para el primer momento, es decir, para el 60% de nuestro
trabajo, y es justamente eso lo que estamos haciendo ahora al visitar las distintas
escenas. ¿A caso no pensaste en eso?.-
- Claro que
lo pensé, pero es necesario, no tenemos otra opción. Además, estoy casi seguro
de que en todas las escenas encontraremos lo mismo, sé que es imprudente
adelantar conclusiones, pero estoy convencido de que la clave de todo esto está en
otro lado, estoy convencido de que está en lo que no vimos más que en lo que
nos queda por ver.-
Una vez
más, el silencio se presentó ante mí como mi mejor alternativa. Discutir con
Nicolás sería improductivo aún si encontrara las palabras para hacerlo. De
todas formas, y a pesar de que no me guste, confío en él y debo reconocer que
también entiendo que no hay otra alternativa.
Aún
resuenan en mi cabeza sus palabras, en mi mente se formó un manto, una densidad
sombría, una falta de claridad que no me permite percibir las cosas, no me
permite ver ni mis ideas. Me pregunto a qué se refería mi primo con eso de que
la clave está en “lo que no vimos más que en lo que nos queda por ver”, supongo
que suena como que pasamos algo por alto. Siguiendo la lógica de sus palabras,
lo que “nos queda por ver” es algo que “no vimos”, y si él lo separó, supongo
que se refiere a que hay algo que no vimos entre todo lo que ya vimos, algo que deberíamos haber visto. Según
entiendo, mi primo me está diciendo que algo se nos escapó.
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